¿Cuál es el secreto para comer bien? Llenar la despensa de los ingredientes adecuados que te permitan preparar una comida rápida y sabrosa en cualquier momento. Así de sencillo. Empieza por ir a hacer la compra y aprovisionar la alacena de, entre otras cosas, hierbas aromáticas, especias, cereales integrales, verduras frescas y frutos secos. ¿Quieres saber cómo tener una cocina saludable? A continuación tienes toda la información.
Prepara una base saludable
Empieza por contar con unos básicos sanos de los que poder echar mano. Llena la despensa de pasta integral, lentejas, arroz (integral o salvaje), quinoa, trigo bulgur, mijo, sorgo y trigo sarraceno. De esta manera, contarás con un punto de partida cuando tengas que preparar algo rápido.
Compra por lotes
Guarda latas y botes de guisantes, tomates, judías y legumbres, que vienen envasados o en frascos de vidrio, y son perfectos para comprar en grandes cantidades, ya que la fecha de caducidad suele ser de un año o dos tras la compra (en cualquier caso, comprueba la fecha para asegurarte). Otro elemento importante de tu despensa son las especias y las hierbas aromáticas, como la cúrcuma ayurvédica, el comino, el jengibre y el cardamomo.
¡Arriba los frutos secos!
Los frutos secos son un complemento ideal para tu dieta diaria, ya que tienen una gran cantidad de grasas saludables y son una excelente fuente de fibra y proteínas. Por ello, son perfectos como aperitivo o para complementar un bol de bulgur con verduras frescas, o con lentejas, arroz y otros alimentos principales que tengas guardados. Muchos estudios han demostrado que los frutos secos aportan numerosos beneficios para la salud, especialmente en lo que se refiere a reducir los factores de riesgo asociados a problemas cardiovasculares. El aguacate, el aceite de oliva virgen extra (un imprescindible en cualquier cocina que se precie), el pescado graso (el que viene en latas), los huevos y las semillas de chía también contienen muchas grasas saludables.
Aprovecha al máximo el espacio en el congelador
Las frutas y verduras congeladas son ricas en nutrientes y es muy cómodo tenerlas en el congelador, ya que pueden emplearse para preparar batidos, aperitivos y boles caseros de açaí. ¿Qué tal con mango, frutos rojos y piña? Y ahora, un consejo profesional: ¿tienes plátanos que estén demasiado maduros, negros o blandos y estabas pensando en tirarlos? Pues congélalos y obtendrás un delicioso helado de plátano, cremoso y vegano. Las verduras que está genial tener congeladas son, por ejemplo, los guisantes, las zanahorias, la coliflor y las judías verdes, ya que puedes incorporarlas a recetas como el chili y también a caldos y sopas para darles un toque extra de sabor y aportarles más nutrientes.
Elemento imprescindible en la cocina
El aceite de oliva es un básico de cualquier cocina que se precie. Es maravilloso (si no fundamental) para aliñar un bol de quinoa y verduras, un plato de pasta integral o para mojar pan con un poquito de sal. Y aún mejor es el aceite de oliva a las finas hierbas. ¡Y es facilísimo de hacer! Solo tienes que introducir algunas hierbas en una cubitera, añadir un poco de aceite de oliva y ajo y ¡listo! Cubitera directa al congelador. Cuando vayas a cocinar, saca un cubito y verás como las combinaciones de sabores son infinitas.
Caldos, consomés y trucos de los comidistas
Los caldos y los consomés son elementos básicos en la cocina, ya que son muy fáciles de preparar y de conservar en casa. Los ingredientes básicos de cualquier caldo son el apio, la cebolla y la zanahoria. Además, puedes añadir otros ingredientes como, por ejemplo, carne, pollo, pescado o huesos y hierbas aromáticas como el tomillo, el clavo y la pimienta negra. Seguro que llevas toda la vida tirando ciertas partes de muchas verduras y hierbas que son fenomenales para hacer sopas, como las hojas del apio, las hojas y las puntas de las zanahorias, los tallos del perejil, la parte verde de los puerros, la piel y la cabeza de la cebolla, los extremos del tomate y los tallos del tomillo y el orégano (hay que quitar las hojas primero). Los huesos y espinas que sobran después de haber preparado pollo, carne y pescado también son estupendos para hacer caldo. Además, es una buena manera de evitar tirar comida. ¿Quieres saber más? Te damos seis trucos para cuidar de ti y del planeta con tu dieta.
Comprar alimentos de temporada
Comprar alimentos de temporada tiene muchas ventajas. Saben mejor cuando se cultivan en la época que les corresponde, son más baratos y también más ecológicos. El cultivo y el transporte de alimentos para que estén disponibles en cualquier época del año consume mucha energía, y esto libera CO2 a la atmósfera. Como sabemos, este gas de efecto invernadero es perjudicial para el medioambiente.
Lo mejor de todo
Bueno, ahora que la cocina está lista, lo que viene es la mejor parte: ¡cocinar! No hay más que hacer pruebas (y muchas degustaciones, claro) y buscar inspiración y recetas en Internet. Por ejemplo, echa un vistazo al contenido de Sophia Roe (Sophia_Roe en Instagram). Esta cocinera neoyorquina prepara recetas deliciosas y usa de forma muy inteligente todas las partes de los alimentos, para no tirar nada. ¿Aún con hambre? Prueba su consomé de maíz o empieza por la receta de brochetas de coliflor a las finas hierbas y aceite de oliva. ¡Riquísimas! También tenemos una variedad de recetas, recientemente de Renaud Goigoux, el jefe de cocina de Rouhi, así que no olvides echarles también un vistazo.
¡Feliz cocina!