Podemos encontrar centros de mindfulness y retiros por todas partes, desde algún espacio recóndito en el Himalaya hasta el gimnasio de tu barrio. Pero, en vez de reservar una clase en un centro de meditación, ¿por qué no creas tu propio oasis para meditar en casa? Te damos algunos consejos para crear el espacio perfecto para meditar en tu propia casa.
Ir a clase de meditación puede ser una excelente manera de que los recién llegados a esta práctica aprendan las distintas técnicas de la mano de un profesor experimentado. Pero las clases requieren una importante inversión de tiempo y dinero, y encontrar con una clase de meditación que se adapte a tu horario y presupuesto no es fácil. Dado que lo mejor es meditar todos los días, hacerlo en casa resulta esencial para poder disfrutar de beneficios como un menor nivel de estrés, un sistema inmune más fuerte y mayor felicidad.
En Rituals siempre hemos defendido las ventajas de crear un espacio de meditación en tu casa. Te permite reforzar lo aprendido en clase y, lo que es más importante, te ofrece un lugar donde puedes desconectar y encontrar tranquilidad en cualquier momento y en la comodidad de tu propia casa.
La idea de crear un oasis de meditación en casa puede resultar un poco intimidante: ¿cómo elegir el mejor lugar? ¿cómo puedes crear un entorno de calma y paz? ¿o cómo sabrás qué hacer sin un profesor que te guíe? Para ayudarte, hemos creado una lista de acciones sencillas que puedes realizar para crear tu propio entorno de meditación, y te ofrecemos meditaciones guiadas a las que puedes acceder desde tu dispositivo móvil, desde cualquier lugar y en cualquier momento. Para saber más sobre cómo crear el oasis de meditación perfecto dentro de tu casa, aquí van algunos consejos más detallados.
1. Escoge un espacio con luz, tranquilo y privado
No necesitas tener una casa enorme para crear un espacio para meditar. La esquina de una habitación, un espacio frente a la ventana, un pequeño desván, un balcón, un pasillo o incluso un armario grande también sirven. Lo importante es elegir un lugar en el que te sientas cómodo y en paz.
Hay algunos otros aspectos que deberías tener en cuenta al elegir el espacio para meditar. En primer lugar, es mejor elegir un lugar que reciba mucha luz natural. La luz natural tiene un efecto muy potente sobre el cuerpo y la mente: mejora nuestro estado de ánimo y nos aporta una sensación de calidez y tranquilidad. En segundo lugar, elige una zona tranquila de la casa y evita habitaciones que compartan pared con un vecino o una calle ruidosa. Si no puedes evitar el ruido, puedes añadir una fuente de agua a tu lugar para meditar. El sonido del agua tendrá un efecto relajante y calmante. En tercer lugar, el espacio para meditar debe ser privado y estar lejos de cualquier distracción. Elige una zona en la que sepas que las personas con las que vives o sus actividades no te van a molestar.
2. Hazte con una planta
Los elementos naturales son básicos para cualquier oasis de meditación. Decora tu espacio con piedras, conchas, un elemento de agua y, especialmente, plantas. La respiración es una parte fundamental de la meditación y las plantas aportan un elemento purificante. De hecho, un conocido estudio de la NASA demostró que determinadas plantas domésticas son muy eficientes a la hora de eliminar la contaminación y que una única planta basta para deshacerse de todas las toxinas presentes en el aire de una habitación de 10 metros cuadrados. Para crear un entorno natural y optimizar la calidad del aire en tu espacio para meditar, añade una o dos plantas que cuenten con la aprobación de la NASA, como una palmera de bambú, una sanseviera o una flor de la paz.
3. Activa tus sentidos
La meditación busca centrarse en el momento presente y eso requiere la participación de todos los sentidos. El olfato es uno de nuestros sentidos más primitivos y potentes. Por eso los aromas, de velas aromáticas, aceites o incienso, pueden mejorar significativamente tu sesión de meditación. Pese a que puedes usar cualquier aroma que te relaje, el sándalo, el bambú, la lavanda, la salvia y la menta son famosos por fomentar un estado de meditación profunda. Añade una de esas fragancias a tu sesión de meditación para mejorar tu experiencia.
Otros sentidos, como el tacto, el oído y la vista, pueden también ayudar a acercarte al momento presente. Elige texturas suaves, sonidos calmantes o tonos claros para decorar tu espacio para meditar. Tener a mano un trozo de chocolate puede también ser buena idea, para poder meditar con las sensaciones que notamos cuando lo saboreamos.
4. Presta atención al mobiliario
Para empezar a meditar, no necesitas el equipo “perfecto”. Todo lo que necesitas es tu cuerpo, un lugar donde sentarte y un minuto o dos de tu tiempo. Dicho esto, no tienes por qué sentarte en el suelo con las piernas cruzadas si no te resulta cómodo. Si necesitas ayuda adicional, un cojín, una silla o un banco de meditación pueden ser una buena idea. También puedes decorar tu espacio para meditar con una mesa baja y algunos cojines, que también resultan perfectos para relajarse o disfrutar de una taza de té.
Cuando hablamos de cojines para meditar, los dos tipos más populares son el zafu y el zabuton. Un zafu es un cojín redondo que levanta las caderas del suelo y ofrece un soporte adicional a tus rodillas cuando te sientas con las piernas cruzadas. Un zabuton es una alfombrilla rectangular, más grande y plana que un zafu. A menudo se venden juntos, para que puedas colocar el zafu sobre el zabuton para un nivel de comodidad y soporte inmejorable. Si te resulta difícil meditar con las piernas cruzadas, prueba el banco para meditar. Un banco te ayuda a meditar en la posición tradicional japonesa de rodillas, llamada seiza. Otra posibilidad es la silla para meditar, que ofrece el mejor soporte gracias a los cojines del asiento y el respaldo. Disponibles en todos los estilos y tamaños, las sillas para meditar son un añadido lleno de comodidad para tu oasis.
5. Cuida la decoración
Tu espacio para meditar es un oasis que debe reflejar tu personalidad y tus gustos. Debe ser un lugar cómodo que te haga sentir feliz y sereno y darle un toque personal puede resultar todo un desafío, especialmente si no quieres acabar llenando el espacio con demasiada decoración. Por eso es clave prestar atención a los elementos que elegimos. Es importante fijarse en algo más que la funcionalidad o el diseño. Para transformar tu espacio en un oasis personal, presta atención a las texturas, los colores, aromas y la sensación general que transmite cada elemento que añades a tu espacio.