Por qué puedes no tener un propósito claro y cómo encontrarlo

Últimas noticias: la vida tiende a desconectarnos de nosotros mismos. Te enseñamos a volver a encontrarte. 

Si sientes que te falta dirección, satisfacción o impulso para seguir adelante, puede que lo que de verdad no tengas sea un propósito claro. Sin embargo, lo más probable es que tú no tengas la culpa de estar en esa situación. Ani Naqvi, nuestra experta en propósito, nos explica cómo el estilo de vida occidental está pensado para desconectarnos de nuestro auténtico yo y también nos cuenta qué podemos hacer para volver a encontrarnos.  

¿Cómo sabes que has encontrado tu propósito?

“Tu propósito es como una luz que te guía”, explica Ani. “Es la estrella polar de todo lo que haces en la vida, ya sea a nivel personal o profesional. Te llena de satisfacción, paz, alegría y armonía, por mencionar solo algunas de sus ventajas. Encontrar tu propósito te llena desde dentro y da sentido a tu vida”. Para encontrar nuestro propósito, necesitamos prestar atención a nuestros deseos y necesidades auténticos. Entonces, ¿por qué tantos de nosotros no lo hacemos? Estos son los tres motivos principales por los que puede costarte escuchar esa voz dentro de ti.  

 

1. Por miedo 

Cuando somos pequeños, podemos aspirar a cualquier cosa, tenemos total libertad para explorar actividades e intereses, sin ninguna otra intención que no sea divertirnos. Sin embargo, a medida que nos hacemos mayores, empezamos a notar una presión que nubla esos intereses. ¿Se nos dan bien? ¿Serán una fuente de ingresos? ¿Son una manera productiva de aprovechar nuestro tiempo? “Cuando crecemos, notamos que nos invade el miedo”, explica Ani. “Lo que necesitamos o queremos en la vida empieza a mezclarse con la ansiedad de nuestros padres para que saquemos buenas notas, tengamos un buen trabajo y ganemos dinero. El sistema educativo al completo se centra en la competición y en la supervivencia del más fuerte”. 

 

Nuestros padres, profesores y amigos nos enseñan que debemos tener miedo al fracaso.  

 

“El miedo es una parte más del mecanismo de supervivencia”, explica Ani. “Es lo que impide que nos atropelle un coche, pero lo que no puede hacer es dictar todo lo que hacemos. El miedo se crea en la mente y se percibe como una amenaza psicológica, pero no es real. Diferentes estudios afirman que podemos tener hasta 100 000 pensamientos al día, la mayoría de los cuales están en el plano inconsciente o subconsciente”. 

 

El psiquiatra Carl Jung afirmó que, hasta que lo inconsciente pasa a ser consciente, es lo que dirige nuestras vidas y lo que denominamos “destino”. De fondo, en nuestra mente, todos tenemos un guion basado en lo que hemos vivido. Debido al sesgo de negatividad inherente a nuestro cerebro, tendemos a recordar mejor los insultos que los halagos y más los eventos negativos que los positivos. Para superar el miedo, tienes que desafiar ese sesgo y trabajar tu estado mental. 

 

PRUEBA ESTO: Enfrentarse al miedo

La clave para superar los miedos es sustituir los pensamientos negativos con otros positivos. Ani nos ofrece tres pasos para conseguirlo: identificar, nombrar y neutralizar.    

 

Identificar

“El primer paso es darte cuenta de lo que estás pensando subconscientemente. Si no sabes que tienes ese guion inconsciente transmitiéndote un montón de mensajes llenos de miedo, es normal que creas que es real”. 

 

La próxima vez que tengas un pensamiento negativo, dedica unos segundos a identificarlo. 

Nombrar

El segundo paso consiste en intervenir. Nuestra mente está llena de distintos tipos de saboteadores. Por eso, cuando notes que uno está intentando llamar la atención, señálalo con claridad. Mi ansiedad, mi necesidad de gustar a todo el mundo… Dale un nombre para que puedas distinguirlo del resto de tus pensamientos.  

 

Neutralizar

“Ahora que tiene un nombre, puedes cuestionar ese pensamiento”, afirma Ani. 

Si lo que piensas es “nunca voy a tener éxito”, pásale un filtro compuesto por estas tres preguntas: 

¿Es un pensamiento riguroso? - Pregúntate si de verdad eso que piensas es real. ¿Has tenido ya éxito en algo, fuera cuando fuera? Si la respuesta es afirmativa, entonces esa idea no es rigurosa.  

 

¿Es una idea equilibrada? - “Nunca” es un concepto absoluto, así que presta atención a lo que dices y asegúrate de que no estás exagerando los aspectos negativos. 

 

¿Es una idea completa? - Cuestiona y desafía esas creencias y pensamientos negativos. ¿Esa idea es un “hecho” o simplemente te estás saboteando? 

 

Al analizar tus pensamientos negativos con estas preguntas, seguro que al menos una de ellas se responde con un “no” (si no todas). ¡Recuerda todas las veces que has tenido éxito en tu vida!  

 

Ya puedes descartar esa idea negativa y sustituirla con la afirmación positiva opuesta. En este caso, repítete “tengo éxito”.   

 

“Imagina que tu cerebro es como un jardín lleno de maleza”, explica Ani. “A lo largo del día, tienes que entrar varias veces y quitar las malas hierbas. A continuación, tienes que plantar las semillas para, con el tiempo, tener un jardín lleno de flores en vez de maleza”. 

2. Por la sociedad en la que vivimos

Cuando dejamos el colegio, el capitalismo se encarga de definir lo que entendemos por éxito. Con una sociedad centrada en hacer dinero y estar en lo más alto, se nos obliga a pensar que nuestro valor depende de cuánto ganamos.Perseguir la riqueza hace nos olvidemos de lo que de verdad nos importa y nos deja insatisfechos y perdidos.  

 

“Cuanto más materialistas somos, más nos centramos en lo que tenemos. Cuando queremos muchas cosas, no nos conformamos con los aspectos más sencillos de la vida”, explica Ani. “He aprendido a ser feliz y estar satisfecha con lo que tengo. Me detectaron un cáncer y no gané nada de dinero en unos cinco años. Tuve que alquilar mi piso en Londres. Tuvimos que irnos al extranjero, a Tailandia, a Grecia y a la India, entre otros lugares, y vivimos en condiciones muy básicas. Pero nada de eso importaba. Lo que de verdad era importante era estar en entornos que no nos añadieran estrés, en lugares baratos porque no teníamos mucho dinero. Iba descalza por la playa y mi vida era muy sencilla. Antes, cuando vivía en Londres, me compraba bolsos, ropa y zapatos de marca con los que iba a trabajar, pero no era nada feliz. Y todo ello, posiblemente, contribuyó a que desarrollara un cáncer. Dejar a un lado todas esas posesiones también formó parte de mi sanación”. A veces no tenemos un propósito claro porque nos falta perspectiva. Darte cuenta de lo que significa el éxito para ti (en lugar de lo que significa para la sociedad) y todo el valor que tienes te ayudará a sentir más satisfacción.  

  

PRUEBA ESTO: Practica la gratitud

Este consejo no es nuevo, pero a menudo cuando pensamos en la gratitud nos centramos en lo externo, en las personas o las cosas que nos rodean. Para impulsar la sensación de tener un propósito, céntrate en la persona que eres y en lo que puedes ofrecer al mundo. “Recuérdate a diario todas las maravillosas cualidades que posees”, recomienda Ani. “Querernos de manera incondicional nos ayuda a tener un amor incondicional también por los demás. Así creamos un movimiento consciente que transforma el mundo en un lugar mejor. Cuando nos queremos, no nos juzgamos. Por lo tanto, no juzgamos a los demás, somos más compasivos y tenemos una mayor conciencia para crear el tipo de mundo en el que queremos vivir”. Escribe un diario de gratitud, en el que anotes cada día algo por lo que das las gracias. Los días malos, puede resultarte útil repasar lo que has escrito y recordar todas las maneras en las que aportas sentido a tu vida y la de muchos otros.  

 

3. Por hacer muchas cosas a la vez 

“La gente cree que hacer varias cosas a la vez es bueno, pero no lo es”, explica Ani. “Ese multitasking es algo negativo, malo para el cerebro. Deberíamos hacer las cosas de una en una, porque, si el cerebro está todo el rato lleno hasta arriba, no tiene sitio para crear y para inspirarse. De camino al trabajo, posiblemente vayas mirando el móvil o haciendo otras cosas a la vez. Muy pocas veces la gente está de verdad presente. Pero no somos seres que hacen, somos seres que viven. Las investigaciones nos muestran que el cerebro necesita aburrirse de vez en cuando. Para inspirarte necesitas llegar a un punto en el que tu cerebro pueda descansar porque ahí es donde llega la inspiración. 

 

      “No somos seres que hacen, somos seres que viven”.

 

Cuanto más tiempo pases simplemente presente contigo mismo y con lo que te rodea, más espacio tendrá tu alma para hablarte y tú para escucharla. De lo contrario, su voz se pierde entre todo el ruido que tienes en la cabeza. Y ahí es donde viven los miedos y los saboteadores”. 

 

PRUÉBALO: Domina el arte del mindfulness

“La próxima vez que te subas a un tren, un autobús o cualquier transporte público, en vez de leer, escuchar música o mirar el móvil, dedícate a prestar atención a lo que te rodea”, recomienda Ani. Pregúntate: 

  • ¿A quién tienes alrededor?
  • ¿Qué hacen?  
  • ¿Cómo es el paisaje fuera?  

 

“Mira por la ventanilla, observa cómo llueve o el sol que hace. Prueba a sonreír a tus compañeros de viaje”, sugiere Ani. Se habla mucho de la introspección y se ha convertido en una especie de cliché, pero pasar tiempo contigo mismo, sin distracciones, puede ser muy iluminador. “Date un paseo por tu barrio”, sugiere Ani. “Dedica tiempo a oler las flores. Esos momentos mindful, en los que estás totalmente presente, te ayudarán a reconectar con tu yo auténtico. Y para entrar en contacto con ese lado espiritual, necesitas espacio. Una mente en calma es fundamental para conocerte”. 

 

Desde el perfeccionismo hasta las inseguridades, hay muchas otras cosas que pueden impedirte dar lo mejor de ti mismo. En su web, nuestra experta Ani ha creado un test que identifica si te estás saboteando. Pruébalo aquí. 

 

Este artículo forma parte de nuestra masterclass “Cómo encontrar tu propósito”, una serie de artículos y vídeos pensados para ayudarte a vivir una vida con más significado. Si quieres empezar a desmitificar las ideas erróneas sobre el propósito, comprender qué te entusiasma de verdad y llenar tu vida de alegría, aquí encontrarás el resto del contenido. 

  

Jessy Deans

Jessy Deans

Jessy Deans es copywriter y le encantan las historias que le animan a pensar, los viajes y el chocolate blanco. Acostumbrada al ritmo incesante de la industria de la televisión, ha aprendido la importancia del autocuidado y de la desconexión, y cree que no hay nada mejor que tener "demasiadas" velas. Lleva toda su vida buscando la comida perfecta y cree fielmente que “si no te quieres a ti misma, cómo vas a querer a otra persona” (RuPaul).