La bondad es gratis, sencilla, positiva e inmensamente poderosa. La ciencia demuestra que es beneficiosa para nuestro estado de ánimo y bienestar.
Aunque a veces parece que el mundo puede ser duro e implacable, si lo miras más de cerca, no todo es malo. Como Random Acts of Kindness dice en su web, todos los días escuchamos historias de personas que intentan hacer del mundo un lugar mejor. Se puede empezar con pasos pequeños. El cariño es gratis, sencillo, positivo, e inmensamente poderoso. La ciencia demuestra que es beneficioso para nosotros, para los demás y para el mundo. Juntos podemos conseguir un mundo más amable con todos nosotros. Y puedes empezar hoy mismo.
Haz algo bueno estés donde estés. Todas esas pequeñas cosas buenas juntas son las que consiguen cambiar el mundo.
La bondad es contagiosa
Ayuda a construir una red de contactos, en el trabajo y en la vida privada, que te hace sentir seguro y arraigado. Si alguna vez te encuentras con un problema, es menos probable que lleves la carga solo si tienes un grupo de personas a tu alrededor.
Lo bonito de la bondad es que es lo único en el mundo que se multiplica cuanto más se comparte. Los especialistas en neurociencia usaron imágenes neuronales para mostrar que las “neuronas espejo” del cerebro se activan cuando vemos que alguien muestra una emoción o un gesto, imitando esa sensación en las mismas zonas de nuestro cerebro. Ver a alguien con dolor activa las mismas partes del cerebro que cuando nosotros sentimos dolor, al igual que sentimos la necesidad de bostezar cuando vemos que alguien bosteza. El simple hecho de presenciar un acto amable de otra persona te motivará a hacer lo mismo.
La bondad es buena para el alma
Si no te notas del todo bien, una forma segura de mejorar el estado de ánimo es ser amable con los demás. La generosidad activa una parte del cerebro llamada “cuerpo estriado”, que responde a las cosas que encontramos gratificantes, como una buena comida o unas buenas risas. Esa sensación de felicidad que tenemos también se produce cuando ayudamos a otra persona, el subidón del que ayuda.Y recuerda, la bondad es exponencial: si los demás ven que ayudas a otra persona, se llenará de esas mismas hormonas que te hacen sentir bien, y serán mucho más propensos a hacer lo mismo. Esta es la única cadena de correos electrónicos a la que todo el mundo se apuntaría encantado.
El planeta no necesita más personas de éxito. Necesita desesperadamente más personas que cultiven la paz, contribuyan a la salud del alma, narren historias inspiradoras y transmitan amor en todas sus dimensiones.
Además, ser amable aumenta los niveles de serotonina, que cura las heridas, te ayuda a relajarte y te hace sentir bien, y de dopamina, que aporta una sensación de satisfacción y bienestar. Los estudios han demostrado que, si realizas un solo acto de bondad al día, tu cuerpo se llenará de las mismas hormonas que hacen que tanto tú como la persona a la que ayudes os sintáis más tranquilos, más sanos y más felices. Ambos os notaréis con más energía, menos dolores y molestias, tendréis más confianza e incluso podríais vivir más tiempo.
La bondad es buena para la salud
Sí, las investigaciones cardiovasculares indican que los actos de bondad son buenos para la salud e incluso pueden retrasar el proceso de envejecimiento del cuerpo. Ayuda a liberar oxitocina, que a su vez reduce las inflamaciones, disminuye la presión arterial y limita la presencia de radicales libres en el sistema cardiovascular. Esta hormona también te hace sentir más cariñoso y amado.
La amabilidad también disminuye el estrés: las personas más amables tienen un 23 % menos de cortisol (hormonas del estrés) en el cuerpo, como demostró un estudio realizado en 1998. Es más, participar en actos de bondad aleatorios estimula el sistema inmunológico para que sea más resistente, mejora el estado de ánimo y produce endorfinas, un supresor natural del dolor en el cuerpo.
Y espera, porque hay más. También hay pruebas de que repartir cariño ayuda a las personas a ver que sus vidas tienen un significado, una dirección y unas metas por las que vivir. Les hace sentirse realizados y son más propensos a cuidarse mejor, con un estilo de vida más sano, con ejercicio regular y una dieta adecuada.
La bondad es un idioma que los sordos pueden oír y los ciegos pueden ver.
Todos necesitamos cariño. Todos necesitamos reflexionar en época de necesidad. Por eso, no pierdas la oportunidad de mostrar un poco de cariño hacia ti mismo y hacia los demás. No supone un gran esfuerzo y puede cambiarlo todo.
Este verano, llena tu vida de cariño, compártelo con los demás y descubre cómo cuidar del resto del planeta. Visita la página de la Kindness Community y explora la positividad y el buen rollo que te ofrece a ti, a los demás y al mundo.