Te mostramos cómo lograr que de verdad sea la época más mágica del año.
Pese a los villancicos y los polvorones, las Navidades pueden ser una fuente de estrés, ansiedad y presión que deja poco margen para disfrutarlas. Según una encuesta de la American Psychological Association, el 38 % de la gente nota un aumento en los niveles de estrés durante las Navidades. Los desencadenantes más frecuentes son la falta de tiempo, la presión económica y el estrés de dar y recibir regalos.
Otro estudio también ha desvelado la discrepancia entre las expectativas puestas en la Navidad y la realidad, lo que contribuye a reducir el bienestar general durante este periodo del año. Jason Ward, psicoterapeuta y fundador de DBT London está de acuerdo con este análisis. “En mi experiencia, hay varios aspectos comunes que desembocan en el estrés navideño. Primero, la diferencia entre las expectativas y la realidad y la presión para que las Navidades sean “perfectas”, también la presión financiera, las dinámicas familiares que a veces vuelven a sacar a la luz antiguas heridas y conflictos sin resolver cuando nos reunimos a final de año y, por último, el hecho de que esta época puede poner de relieve pérdidas personales y deseos no realizados”, afirma. Pero no todo tiene que ser malo y, además, hay muchas estrategias que puedes implementar para mitigar el estrés navideño.
Te enseñamos cómo mantener la positividad sin importar lo que te depare esta época del año:
1. Acepta las imperfecciones
En vez de querer que todo sea perfecto, “acepta las imperfecciones y disfruta de las experiencias auténticas”, aconseja Jason. Si logras ver las cosas con perspectiva y humor y ser flexible, no importará si se te han quemado las patatas o si se te ha olvidado algún regalo. Solo hay que entender esos pequeños tropiezos como algo humano que no debe arruinar los momentos especiales. En su lugar, recuérdalos como otro momento más al que puedes mirar atrás y sonreír. Y no olvides que esto es la vida real y no un cuento de hadas.
2. Establece unos límites
Incluso las familias mejor avenidas pueden encontrar difíciles las Navidades así que en cuanto empiecen a hacerse planes para este año, establece algunos límites con cariño. “Di no a algunas obligaciones, crea un presupuesto para los regalos y prioriza tu bienestar propio”, recomienda Jason. No te sientas culpable por dedicarte una hora de tu tiempo o por no aceptar todas las invitaciones familiares. Ese tiempo puede servirte para resetear, no agobiarte ni entrar en un bucle de estrés.
3. Comparte las responsabilidades
Dividir las tareas es siempre buena idea. Si eres el anfitrión, anima a tus invitados a traer distintos platos o, si prefieres encargarte tú de la comida, pide a alguien que ponga la mesa, se encargue de los juegos o saque a los perros para que estén tranquilos (si tienes). Si vas a viajar, dividid las horas al volante o pide a alguien que se encargue de la logística del viaje. No se trata de lo que uno sea o no capaz de hacer, sino de conservar y cuidar nuestra energía limitada. Lo importante es hablar de manera clara para que todo el mundo sepa lo que tiene que hacer y cuándo.
4. No te olvides del tiempo para ti
Incluso las personas más sociables y extrovertidas pueden acabar exhaustas durante esta época, así que un tiempo de desconexión es más necesario que nunca. Haz ejercicio, échate una siesta, lee, medita… Elige lo que a ti te sirva para relajarte. También es especialmente importante en las situaciones incómodas. “Hay trucos para reducir la ansiedad rápidamente, como técnicas para conectar con uno mismo que se centran en los cinco sentidos y en el momento presente, visualización positiva, relajación muscular progresiva y afirmaciones como “Tengo el control” y “Esto también pasará”, recomienda Jason.
5. Planifica con antelación
Ir un paso por delante de tu lista de tareas puede ser una manera eficiente de reducir la ansiedad y los imprevistos. Por ejemplo, pide la comida online, compra los regalos en cuanto los veas o cuando tus tiendas favoritas tengan promociones especiales y aprovecha para repartir el impacto económico de las Navidades. También es buena idea escribir las actividades y las personas a las que te apetece ver y así podrás identificar los huecos que te quedan para ver a más gente y, lo que es más importante, el tiempo que tienes para ti.
6. Regala de manera inteligente
“Lo importante es el detalle” no es tan cliché como crees. Si el presupuesto y el estrés financiero son un problema, saca tu lado creativo. Los vales “te debo un regalo” son una idea estupenda y pueden ir desde hacer de canguro o taxista hasta llevar el desayuno a la cama. Si tienes un grupo de familiares o amigos muy lectores, elige una opción de regalo para compartir y regalaros un libro que hayáis leído y penséis que va a encantar a la otra persona.
7. Neutralidad ante todo
Si la conversación con familia, amigos o pareja se acerca a un tema controvertido, intenta reconducirla hacia algo menos sensible para evitar los conflictos. Y si el ambiente se caldea, presta atención a cómo te expresas. En vez de “No tienes razón” o “Tú siempre…”, usa frases como “Entiendo tu perspectiva” o “No pasa nada pero no creo que vayamos a ponernos de acuerdo en esto” o “Entiendo cómo te sientes”. Y, mentalmente, añade un punto final después. No dejes que la situación se descontrole y transforma estas situaciones tensas en una oportunidad para el crecimiento personal.
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