A veces las expresiones más comunes están completamente del revés. El año pasado, muchos de nosotros empezamos a decir que estábamos "trabajando desde casa" cuando llegó el COVID-19. Pero lo que pasó es que nuestra casa se convirtió casi al instante en nuestro lugar de trabajo.
Si antes trabajar desde casa era una cosa positiva, para muchos se ha convertido en algo negativo. David Sipress, ilustrador de The New Yorker, lo resumió a la perfección con el dibujo de un hombre que, desde la oficina de su casa, le pregunta a su esposa: “No me queda claro, ¿trabajo en casa o vivo en el trabajo?". Los límites se han vuelto borrosos y aunque quizás en su momento podíamos separar las dos esferas, ahora es cada vez más difícil desconectar de los correos electrónicos o las tareas laborales. Esta difuminación de los límites está teniendo un impacto negativo sobre el llamado "equilibrio entre el trabajo y la vida" que nos esforzamos tanto por lograr. Pero, si lo pensamos bien, ¿no deberíamos hablar de un "equilibrio entre la vida y el trabajo"? Puede que te guste tu trabajo, que te haga sentir muy satisfecho, pero aun así, la vida debería ser lo primero. Si haces hueco para tiempo libre, llenándolo de bondad y felicidad, seguramente darás lo mejor de ti en el trabajo, con tus amigos, tu familia y en todas las facetas de tu vida. Crear un buen equilibrio entre la vida y el trabajo es fundamental para tu bienestar y para vivir una vida con alma.
Tanto si trabajas para una empresa como si estás a cargo de tu hogar, el secreto para lograr un equilibrio correcto entre la vida y el trabajo puede parecer difícil de alcanzar. Pero, en realidad, solo necesita planificación, práctica y perseverancia. Te damos cinco sencillos consejos que te ayudarán a lograr el equilibrio que tanto te mereces.
Reserva “tiempo para mí”
Mo Gawdat, embajador para la felicidad de Rituals, habla sobre la importancia de reservar "tiempo para mí" o "tiempo para Mo", como él lo llama. A lo mejor te encanta caminar, estás enganchado a un libro nuevo y quieres leer un capítulo más, o dibujar te aporta alegría. Sea lo que sea, reserva una hora cada día para dedicarte a hacer algo que amas. Si es una actividad buena para el cuerpo, la mente y el alma como el yoga, ¡incluso mejor!
Reservar este tiempo para ti, y solo para ti, te permite alimentar el alma y recargar las pilas, para que puedas dar lo mejor de ti mismo a los demás el resto del tiempo. Reserva "tiempo para mí" en tu calendario y asegúrate de que el trabajo no invada esa hora.
Sé estricto
Decir “no” puede resultar difícil. Pero decir "sí" a todo el mundo te impondrá una presión innecesaria. La clave para lograr el equilibrio entre la vida y el trabajo es establecer un horario diario y ser estricto contigo y con los demás para que se cumpla.
Reserva tu “tiempo para mí” y pon un horario en los calendarios personales y laborales para que la gente sepa cuándo no estarás disponible. En el trabajo, programa momentos de concentración para que las personas sepan cuándo estás concentrado y no se te puede molestar. Si tienes una cena familiar, asegúrate de que tus compañeros sepan que estás ocupado. Si te estás relajando en la bañera, informa a tu familia de que no estarás disponible durante los próximos 45 minutos. ¡La comunicación es clave!
No intentes hacer mil cosas a la vez, ni respondas mensajes durante tu tiempo libre. Es importante estar presente cuando estés con familia y amigos. Si esto sucede con frecuencia, puedes intentar reservar 15 minutos cada noche y el fin de semana para emergencias, pero lo más probable es que la mayoría de las cosas puedan esperar hasta el siguiente día de trabajo.
Familiarízate con tus ritmos naturales
Reflexiona sobre si eres una persona madrugadora o si eres más productivo por la noche. ¿Gestionas mejor el trabajo creativo o los proyectos más grandes que requieren concentración a primera hora y después del almuerzo solo puedes lidiar con correos electrónicos y tareas sencillas? Piensa en tus niveles de energía desde la mañana a la noche y trata de tenerlos en cuenta al planificar tu día. Es imposible hacer todo lo que queremos todo el tiempo, pero establecer horarios de trabajo y personales que tengan en cuenta tus ritmos naturales ayudará a que las cosas resulten un poco más fáciles.
Trabaja de manera más inteligente (sin trabajar más)
A todos nos ha pasado alguna vez: te sientas frente a ordenador para terminar una tarea rápida, una presentación para el trabajo o clasificar los recibos de la casa, pero tres horas más tarde, todavía no la has completado.
Si tiendes a quedarte hasta tarde en la oficina, pregúntate si te centras demasiado en la cantidad de tiempo que pasas en el trabajo, en lugar de en los resultados que logras. Trabajar duro y darlo todo por una empresa es una cosa, pero dejar que el trabajo se acumule porque no lo estás haciendo de manera inteligente es otra muy distinta. Te ofrecemos algunos consejos para ser más eficiente:
- Establece una lista de tareas pendientes para cada día que resulte factible. Si nunca marcas todo como completado, probablemente estés siendo demasiado optimista.
- Asegúrate de que las reuniones sean productivas: establece un orden del día y cíñete a él.
- Termina cada día pensando en el futuro, escribe la lista de tareas pendientes y ordena el escritorio para ponerte manos a la obra directamente por la mañana.
También merece la pena dejarte muy claro a ti mismo, a tu jefe o a tu equipo los plazos que tienes, cuáles son tus objetivos y metas, qué pueden esperar de ti y qué esperas de ti mismo. Esto te ayudará a trabajar de manera más eficiente a lo largo del año.
Crea un espacio de trabajo que te guste
Si trabajas en un entorno que te resulte agradable, estarás más motivado. Limita las distracciones y, si trabajas desde casa, asegúrate de que la vida y el trabajo (¡o la gestión de la vida!) no se mezclen demasiado. Es difícil trabajar donde vives, pero, si puedes crear un pequeño espacio específico para el trabajo y la gestión de tu vida, puedes dejar físicamente ese espacio cuando hayas terminado.
Aprovecha el poder del aroma para mantenerte motivado, ten a mano The Ritual of Holi Happifying Body Mist con su revitalizante fragancia de flor de melocotón y úsalo cuando necesites un extra de energía. Una vez que hayas terminado de trabajar, cambia el aroma de tu hogar por algo más relajante como The Ritual of Jing, apaga las luces más brillantes y crea un ambiente relajante con velas.