Es muy posible que ser más optimista ayude a evitar la irritación, inflamación y el envejecimiento de la piel
Lo cierto es que es toda una paradoja: los problemas de la piel causan ansiedad y estrés mental y, a su vez, el impacto físico del estrés puede fomentar el envejecimiento y la inflamación de la piel, con problemas como acné, rosácea, eczema e incluso psoriasis. ¿Significa que cambiar la manera de pensar puede repercutir sobre la piel y lograr un rostro más sano? Es muy posible.
“La interacción entre el cerebro y la piel es clave para lograr un cutis sano”, explica la doctora Alia Ahmed, consultora en dermatología y psicodermatóloga. “Muchos de mis pacientes me cuentan que el estado de su piel repercute en la manera en cómo se sienten y viceversa. De hecho, el 85 % de los pacientes de dermatología afirman que su problema tiene un gran componente mental y un 17 % de ellos necesitan apoyo psicológico para lidiar con la situación”.
También hay que tener en cuenta las pruebas científicas. Cuando estamos estresados, los niveles de cortisol aumentan, lo que conlleva una avalancha de problemas. “Los niveles de la hormona del estrés se correlacionan con la falta de sueño, lo que no solo interrumpe el proceso de reparación de la piel durante la noche, sino que activa el eje HPA, que está asociado con un aumento del cortisol y con signos de envejecimiento prematuro, como líneas de expresión, elasticidad reducida, cambios en la pigmentación, falta de hidratación, poros más grandes y cambios en la textura y en el flujo de sangre a la piel. También puede afectar al envejecimiento de la piel a través de daños en el ADN celular, además de provocar un aumento de los glucocorticoides, lo que puede reducir la producción de ácido hialurónico y contribuir así a la deshidratación de la piel y a una barrera cutánea debilitada”, explica la doctora Ahmed. Está claro que importa.
SER MÁS FELICES PARA TENER UNA PIEL MEJOR
Mientras que los productos pueden tratar algunos problemas de la piel a nivel superficial, el trabajo duro requiere centrarse en el interior. Por eso los psicodermatólogos buscan una estrategia holística para tratarlos. “Aún falta mucho por estudiar en lo que se refiere al vínculo directo, pero hay investigaciones al respecto que muestran los beneficios de algunas técnicas a la hora de mejorar el bienestar general, reducir el estrés y reforzar la capacidad de resistencia. Algunos ejemplos son las terapias de relajación, el mindfulness, las terapias cognitivo-conductuales, las de conversación, etc. También puede ayudar a que la gente trata y perciba su piel de manera distinta, a entender sus señales y síntomas”, continúa la doctora Alia.
Hay una serie de prácticas que la doctora Alia recomienda para potencial el bienestar mental y reducir la ansiedad. “Trato la mente y la piel a la vez y no solo veo mejoras en esta última, sino que los pacientes también se sienten mejor mentalmente”, afirma.
5 POSITIVIDAD PARA LLEVAR
La doctora Alia comparte con nosotros algunos consejos que da a sus pacientes para lograr una piel estupenda a través de unos pensamientos positivos.
1. Gestiona tu entorno
Recomiendo a mis pacientes que creen un ambiente positivo a través de los aromas, con velas, barritas aromáticas, ambientadores en espray, o música y texturas, como mantas y cojines suaves. Las investigaciones demuestran que un entorno estresante con ruidos molestos o incómodo puede repercutir en nuestra salud mental. Por eso hay que cuidar las zonas en las que más tiempo pasamos, para cuidarnos a nosotros mismos.
2. Acepta las emociones negativas
Practicar a aceptar las emociones te ayudará a gestionar mejor el estrés. Si tu piel te preocupa, reflexiona sobre el motivo: ¿qué te ha causado esa sensación? ¿Hay algo que pueda subirte el ánimo? Si no ignoramos ni rechazamos esas emociones y si nos preguntamos por qué están ahí, podemos aceptarlas y dedicar nuestra energía a ideas y actividades más positivas.
3. Cuidado con cómo te hablas
Recuerda por qué sientes agradecimiento y regálate mensajes positivos para cambiar de perspectiva y fomentar una actitud mental alejada de lo negativo. Pruébalo cuando estés limpiándote la cara o aplicando tus productos de cuidado, porque el tacto también ayuda a relajarse y estimula las hormonas “para sentirse bien”. Haz clic aquí para probar nuestra meditación guiada de limpieza nocturna.
4. Identifica las cosas que no te hacen bien
Vivimos en una cultura que nos anima a compararnos continuamente y las redes sociales no hacen más que agravar el problema, porque pueden crea expectativas poco realistas sobre pieles “perfectas”. Puede que no te des ni cuenta de lo agotadoras que pueden resultar esas interacciones ni el impacto que tienen en tu salud mental. Para contrarrestarlo, puedes alejarte de personas y actividades que no te hagan sentir bien.
5. Haz lo que te haga feliz
Ya sea la primera taza de café del día, una charla con una amiga, un paseo por la naturaleza o remolonear en la cama, incorpora tantas cosas que te hagan feliz como puedas en tu rutina diaria. Solo 10 minutos centrados en ti en vez de corriendo de un lado en otro intentando complacer a todo el mundo son suficientes para llenarte de calma y seguridad y para lograr una sensación de control que te permita gestionar situaciones estresantes con desenvoltura y positividad.
La psicodermatología es un campo que no deja de crecer, igual que los estudios que exploran la conexión entre la mente y la piel. Está claro que aceptar los problemas relacionados con esta última con compasión e intentando evitar las fluctuaciones exageradas del estado de ánimo puede ser muy útil de cara a revertir los daños sin necesidad de productos ni tratamientos caros.
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