Inspirándose en la tradición persa de Yalda, esta fragancia masculina se abre con el toque afrutado de la grosella negra y la nota de menta de la salvia, para asentarse en una base amaderada de vetiver.
Ponte un poco en los puntos de palpitación, como las muñecas, detrás de las orejas, en el pecho y en el interior de los codos. Deja que la fragancia se seque al aire, sin frotarla para que no cambie el aroma.
Como las huellas dactilares, todos tenemos un aroma natural único. Por eso cada perfume tiene un olor, dependiendo de la persona. Prueba un perfume siempre sobre la piel para descubrir su aroma real.