La fragancia se abre con un atrevido toque afrutado de mandarina y naranja, además de la cálida y especiada nuez moscada. A medida que va profundizando, las notas aromáticas de la salvia y el enebro aportan calma y fuerza, potenciadas por la elegancia sutil del orris. Las notas finales reflejan la intensidad suave del cuero y el pachulí, aún más profundas gracias a la reconfortante mezcla de haba tonka y vainilla.
Ponte un poco en los puntos de palpitación, como las muñecas, detrás de las orejas, en el pecho y en el interior de los codos. Deja que la fragancia se seque al aire, sin frotarla para que no cambie el aroma.
Como las huellas dactilares, todos tenemos un aroma natural único. Por eso cada perfume tiene un olor, dependiendo de la persona. Prueba un perfume siempre sobre la piel para descubrir su aroma real.