Es más fuerte que una piedra, va donde quiere y no hay nada que pueda pararla. Estamos hablando del agua, por supuesto. No podemos vivir sin ella: nuestro cuerpo está compuesto de un 60-70% de agua, y gracias a sus propiedades curativas y purificadoras, es el elemento vital que nos mantiene activos. Sigue leyendo para descubrir el porqué.
No es ningún secreto que en ciertos países y otras culturas, el agua está considerada como un elemento con efecto purificador. La gente se baña en el Ganges porque está convencida de que de esta forma se redimirán sus pecados. Pero incluso si no eres un creyente, hay un montón de razones físicas para asegurarte de que bebes suficiente agua.
Adiós a la “depre” del final del día...
Tu cerebro está compuesto aproximadamente de 75% de agua, por lo que no te debe sorprender que necesite una cantidad específica de hidratación para que funcione correctamente. Cuando empiezas a sentir esa especie de bajón al final de la tarde, lo mejor es beber un gran vaso de agua. Esto realmente mejorará tu atención y tu estado anímico.
Reforzar tu inmunidad
Está comprobado que las personas que beben mucha agua tienen un mejor sistema inmunológico. No son tan propensos a contraer resfriados y gripes.
Un suero para la rigidez muscular
¿Sufres de rigidez muscular, contracturas o tirones musculares cuando haces ejercicio, aunque hayas calentado? Lo más probable es que no estés bebiendo suficiente agua. El agua te asegura que tus músculos se muevan mejor, con más flexibilidad y que por lo tanto tengas menos dolores cuando haces este tipo de actividad física.
Beber agua antes de ir a dormir
Beber un gran vaso de agua antes de irte a la cama puede hacer maravillas a la hora de conciliar el sueño. Equilibra las sustancias químicas naturales que tu cuerpo produce y te ayuda a dormir más fácilmente.
La forma ideal de perder peso
En lugar de rendirte cuando tienes hambre y lanzarte desesperada a la despensa, bebe un vaso de agua. Sólo porque sientas hambre no significa que necesariamente necesites comer. A veces puede ser únicamente sed. Tienes que saber que el agua ayuda a disolver las acumulaciones de grasa en tu cuerpo y le da a tu metabolismo un impulso adicional.
Consejos y trucos
Pero ¿cómo puedes estar segura de que realmente estás bebiendo 2,8 litros de agua al día? Intenta crear un momento diario en el que bebas mucha agua, antes del desayuno, la comida y la cena. También beber agua nada más despertarte y justamente antes de ir a dormir.
Para hacer esto más fácil, ten tu propia botella de agua al lado y ve rellenándola durante todo el día. ¡Mejor para ti y para el medio ambiente! ¿Tienes problemas para convertir este consejo en un hábito? Muy sencillo, ponte una alarma en tu móvil, cada hora, por ejemplo, para recordarte que debes beber agua. Ya verás que sin apenas darte cuenta, habrás creado tu propia rutina de hidratación.