El concepto de festejar los cumpleaños, las bodas, y por supuesto la Navidad y el año nuevo, no tiene que ver con bienes materiales o con cuánto dinero se gaste, tiene que ver con los invitados. Y ha sido así desde tiempos inmemoriales.
Si nos remontamos a nuestros ancestros tribales, los seres humanos hemos celebrado cada ocasión especial con quienes amamos. Los egipcios se reunían con la familia durante las cosechas anuales, innumerables familias asistían a las coronaciones en la edad media, y la lista sigue a través de la historia. La pregunta es… ¿qué hace que una ocasión sea especial? Compartir ese momento tan significativo con las personas que amas, aquellas que están más cerca de tu corazón.
Está en nuestro ADN
La especie humana está programada para honrar momentos significativos en la vida. Estos momentos se viven con la familia porque son las personas con las que pasamos los momentos cotidianos, y por lo tanto, en comparación, los especiales son incluso más significativos.
Más valor a nuestras vidas
Celebramos las fiestas con la familia porque aumenta nuestro sentido de tener un propósito. Participar en las tradiciones de Navidad o Año Nuevo nos ofrecen la motivación necesaria para superar las experiencias y expectativas pasadas. La vida tiene más valor con este tipo acontecimientos.
Recuerdos inolvidables
“"¿Recuerdas aquella Navidad cuando ...?" Seguramente cuando os reunáis para las fiestas, compartiréis recuerdos de otros años, y al mismo tiempo, estaréis creando nuevos recuerdos para volver a ellos cada vez que queráis.
Es la manera de transmitir nuestra propia historia
Cada familia tiene sus propias tradiciones navideñas. Muchos montan el árbol de Navidad, pero la forma de hacerlo y el momento son totalmente diferentes y dependen de cada hogar. ¿Tu familia abre los regalos en la víspera de Navidad o a la mañana siguiente? ¿Coméis pavo o jamón para la cena navideña? Celebramos con la familia porque es nuestra forma de transmitir las tradiciones de generación en generación. Nos recuerda que aunque probablemente estemos en la Tierra por poco tiempo, cien años más tarde habremos dejado algo nuestro. Es nuestra manera de vivir, y lo hacemos a través de nuestras tradiciones.
Por todas estas razones, las fiestas no serían lo mismo sin compartirlas con la familia. Como dice la frase: "El mejor regalo en el árbol de Navidad es la presencia de una familia envuelta en amor".