Desde que era pequeño, Ernst tenía claro qué quería hacer con su vida: mejorar la vida de los niños.
Ahora, en su papel como director de la increíble ONG War Child, su propósito sigue siendo el mismo. Desde hacer un voluntariado en Uganda con 18 años hasta gestionar una organización benéfica que ayuda a niños de todo el mundo a superar los efectos psicológicos de la guerra, esta es la historia de Ernst.
¿Crees que tienes un propósito en la vida? ¿Cuál es?
Mi propósito es cambiar para mejor las vidas de los niños porque he visto que, con un poco de ayuda, pueden desarrollar mucha más confianza y seguridad en sí mismos. Y no hablo solo de los niños de War Child, hablo de todos, también de mis hijos.
¿Hubo un momento concreto de tu vida en el que te diste cuenta de ello?
No, creo que es algo que siempre he llevado dentro. También creo que la manera en que me educaron me ha ayudado a ser así. Lo que hago ahora es lo que mi padre siempre quiso hacer. Tuvo que elegir un trabajo que le permitiera ganar dinero, así que cuando a los 18 años tuve que elegir yo una carrera, tanto él como mi madre me apoyaron. Mi hija ahora tiene 12 años, lo que significa que en seis años la animaré a irse a África si es lo que quiere. No sé si responde a tu pregunta, pero me parece muy importante decir que el apoyo de mis padres, el tener una familia estable que confiaba en mí, ha sido una suerte y algo fundamental a la hora de encontrar y realizar mi propósito.
Viajé por primera vez a Uganda cuando tenía 18 años. Aún sigues siendo un niño a esa edad (especialmente los chicos) y te cambia la vida. Me di cuenta de que ese era el lugar donde necesitaba estar. No quería solo trabajar con gente de los Países Bajos, quería combinar mi pasión por la aventura con las ganas de crear un cambio. Y eso es lo que hice.
¿Cómo ha sido el proceso para lograr tu propósito?
A veces, cuando estoy en un bar, me preguntan cómo lo hago. No se trata solo de leer un libro o estudiar esto o aquello. Se trata de seguir tu sueño.
Cuando era pequeño, los estudios se me daban bien, pero no era el mejor en matemáticas ni en lectura. A veces me sentía inseguro. No es que estuviera llorando por las esquinas, pero no estaba del todo cómodo. Sin embargo, fuera del aula, en el pueblo donde crecí, me encantaba jugar con mi equipo de fútbol. Soy rápido, pero no soy un futbolista increíble. Tuve que pelearme mucho para entrar en el primer equipo. Ahí viví lo que significa formar parte de un grupo. Valoraban mucho lo que yo aportaba y eso a su vez me ayudó a dar el siguiente paso y lograr la confianza que necesitaba para probar también otras cosas, porque empecé a pensar “si esto se me da bien, posiblemente también eso otro se me puede dar bien”. Más adelante me di cuenta de que, si era así para mí, podía serlo también para otros chavales.
Con 18 años, me fui a África a hacer un voluntariado. Era aún muy ingenuo. Tenía buenas intenciones, pero la verdad es que no sabía lo que hacía. Trabajaba con niños, estudiando el impacto que tiene el deporte en el comportamiento social de los chavales que viven en la calle. War Child se enteró de lo que estaba haciendo y me contrataron. Aún no existía un puesto como tal para ello, así que crearon uno para mí. Empecé a hacer algo que me apasionaba y, 20 años después, soy el director de la organización. Ser director nunca fue mi objetivo. Pero las cosas han salido así. He trabajado en lugares como Kosovo, Sudán, Afganistán, Uganda o Sierra Leona y ahí es donde me encanta estar. Llevo bastante tiempo haciendo esto y he visto con mis propios ojos todo lo que puede aportar. Sigo hablando con algunos de los niños, que ya son adultos, y me cuentan que cuando todo su mundo se desmoronaba y no tenían ninguna esperanza, War Child los ayudó a sentirse seguros a pesar del horror que los rodeaba. Eso es fundamental para los niños y para su bienestar mental, por eso trabajo en esto.
¿Cómo es vivir con un propósito claro?
Pensar en un propósito puede dar un poco de miedo. Hacer lo que puedes, seguir tu corazón y ser amable con los demás, eso también es un propósito, sin demasiadas complicaciones.
¿Cuándo crees que tu vida ha tenido un mayor significado?
Cuando veo lo que se puede hacer por los niños afectados por las guerras, pero también cuando veo a mis hijos crecer y desarrollar su confianza. También cuando mi mujer puede hacer realidad su sueño y cuando podemos ser una familia que ayuda a hacer del mundo un lugar mejor.
Este artículo forma parte de nuestra masterclass “Cómo encontrar tu propósito”, una serie de artículos y vídeos pensados para ayudarte a vivir una vida con más significado. Si quieres empezar a desmitificar las ideas erróneas sobre el propósito, comprender qué te entusiasma de verdad y llenar tu vida de alegría, aquí encontrarás el resto del contenido.
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