¿El cuidado natural de la piel es la mejor opción para ti? Te ayudamos a encontrar tu propio camino.
De manera colectiva, los consumidores estamos optando por productos de belleza más naturales y nos estamos concienciando sobre lo que nos aplicamos en la piel y los efectos que los productos tienen sobre el planeta. “Queremos saber qué consumimos y también qué ingredientes nos estamos aplicando sobre la piel. Las tendencias en comida y bienestar están entrando también en el mundo del cuidado de la piel porque, como sabemos, la mente, el estómago y la piel están interconectados”, explica Megan Felton, cofundadora de Lion/ne, una asesoría experta de cuidados de la piel.
El secreto para confiar en tus productos de cuidado natural
Es importante dejar claro que no todos los ingredientes sintéticos son malos y que no todos los naturales son buenos. No olvidemos que la hiedra venenosa es 100 % natural. Pero tener un extra de precaución cuando hablamos de ingredientes sintéticos no es malo, especialmente si tenemos en cuenta que una mujer se aplica una media de 168 agentes químicos cada día. Elegir fórmulas expertas de cuidado natural de la piel te garantizará unos excelentes resultados y también ayudará a tu salud y al medioambiente. Al cambiar a la nueva rutina, es mejor optar por marcas de belleza natural de renombre que combinen naturaleza y ciencia. Como dice Rituals “hacemos todo lo posible por utilizar el máximo de ingredientes naturales que podemos y, para las propiedades que la naturaleza no nos puede proporcionar o, cuando es más respetuoso con el medioambiente, empleamos alternativas realizadas en laboratorio”.
Cómo encontrar los mejores ingredientes naturales para ti
“La primera pregunta que hay que hacerse antes de cambiar a productos más naturales y ecológicos es por qué lo estamos haciendo. Si lo hacemos por cuidar el planeta, entonces sí que tiene sentido”, afirma Ksenia Selivanova, cofundadora de Lion/ne. “Si crees que los productos naturales van a resultar más hidratantes o seguros, entonces el cambio será más complicado”. Existe un gran número de ingredientes seguros y sintéticos para el cuidado de la piel y lo mismo ocurre con ingredientes naturales. La clave es entender lo que le gusta a tu piel y para eso hay que probar distintas cosas. “Necesitas saber exactamente qué tipo de piel tienes, evitar elementos irritantes y elegir los ingredientes con cabeza, puesto que algunos podrían ser demasiado agresivos para tu piel”, comenta Selivanova.
“Muchas de las marcas de cuidado de la piel que se autodenominan naturales se centran en los antioxidantes (vitamina C, E, té verde). Son ingredientes muy potentes para luchar contra el daño de los radicales libres que pueden conllevar un envejecimiento prematuro y el daño solar sobre la piel. Por lo tanto, siempre que tu piel tolere bien el producto (pruébalo siempre en una zona limitada si tienes la piel sensible), a corto plazo puedes disfrutar de una piel más homogénea y luminosa y a largo plazo puedes lograr menos líneas de expresión y arrugas”.
Y no olvides que “tu estilo de vida repercute en gran medida sobre la piel por lo que, si te vas a cambiar a productos más naturales, es muy probable que busques un estilo de vida más sano en general: con más ejercicio, dieta sana y gestión de los niveles de estrés. La luminosidad será también un reflejo de todas esas cosas” afirma Felton.
¿Quieres comprar productos naturales? Hay tres cosas que tienes que tener en cuenta:
- Infórmate sobre la belleza natural. Los ingredientes, las fórmulas y los envases del cuidado natural y sostenible son un tema de moda en la actualidad y puedes consultar un montón de artículos antes de comprar. Cada vez que compras tomas partido, al fin y al cabo.
- Piensa en lo que te resulta importante: ¿te preocupas por el planeta? En ese caso, busca empresas que se esfuercen por ser neutras en emisiones de carbono, sostenibles, reducir envases innecesarios o con opciones reciclables y rellenables.
- Como hemos dicho, no todos los ingredientes sintéticos son dañinos, pero es mejor evitar algunos como parabenos, ftalatos, aceites minerales, metilisotiazolinona (MIT), lauril éter sulfato de sodio (SLS) y microplásticos. Algunos no le sientan bien a la piel, como el SLS, que tiende a resecarla. Otros son malos para el medioambiente, como los microplásticos, y causa graves daños sobre la vida marina.