El fenómeno wabi-sabi está conquistando Occidente. Y no nos sorprende: en una sociedad obsesionada con la perfección, donde lo que manda es lo llamativo y la novedad, el wabi-sabi supone una bocanada de aire fresco. Se trata de una manera de ver el mundo procedente del Japón antiguo, que honra el paso natural de la vida y encuentra belleza en la autenticidad y la imperfección. Hemos charlado con Julie Pointer, escritora especializada en wabi-sabi, y nos ha contado algunos de sus secretos para lograr una vida magníficamente imperfecta.
El concepto de wabi-sabi ha sido adoptado por el mundo del interiorismo con entusiasmo, a través de materiales gastados de manera natural, bordes desconchados y formas orgánicas que se han abierto paso también fuera de Japón. Pero los principios del wabi-sabi se extienden a todos los aspectos de la vida, desde nuestras actividades diarias hasta nuestras relaciones.
La escritora y fotógrafa Julie Pointer captura de manera maravillosa las múltiples facetas de la vida wabi-sabi en su libro Wabi Sabi Welcome. El libro aplica el concepto de wabi-sabi a acciones diarias de hospitalidad, como organizar una cena o tomar un té con las amigas, y cambia de manera radical nuestra obsesión por la "perfección" cuando hablamos de nuestros hogares, nuestras vidas y los momentos que compartimos con los demás. Nos invita a relajarnos, a estar presentes en el momento y a apreciar el gusto por los placeres sencillos.
El wabi-sabi no trata solo de aceptar las imperfecciones, sino de quererlas. ¿Cuál es la diferencia?
"Las imperfecciones no son algo que tengamos que tolerar simplemente. Son inherentes a nuestras vidas y tenemos que aprender no solo a aceptarlas, sino a celebrarlas. Una perspectiva wabi-sabi nos anima a ver las imperfecciones como una parte preciosa de un todo (una parte natural de la vida) e incluso a destacarlas como posibles puntos fuertes en lugar de debilidades.
Por ejemplo, cuando una pieza de cerámica se resquebraja, en Japón existe un precioso proceso llamado kintsugi, que literalmente significa 'reparación dorada', que arregla la grieta con pegamento de color dorado. En vez de intentar ocultar las imperfecciones, las reparaciones se resaltan con un hilo dorado que recorre la cerámica. De la misma manera, el wabi-sabi nos enseña a evaluar lo que consideramos una imperfección que queremos ocultar y a aprender a quererla como algo que hace que un objeto, una experiencia o una persona sea original. Algo como una mesa de madera con una antigua mancha de vino, líneas de expresión alrededor de la boca o un jersey hecho a mano con puntadas imperfectas".
Una perspectiva wabi-sabi nos anima a ver las imperfecciones como una parte preciosa de un todo (una parte natural de la vida) e incluso a destacarlas como posibles puntos fuertes en lugar de debilidades.
Cada capítulo de tu libro está dedicado a un lugar en el que encontraste wabi-sabi. ¿Puedes contarnos algo más sobre el wabi-sabi en Japón, donde se originó, y en California, de donde vienes? ¿Cómo encaja el wabi-sabi en el día a día de lugares tan distintos?
"Me resulta más familiar el wabi-sabi que se practica en California pero, por lo que tengo entendido, el wabi-sabi es un concepto tan arraigado en la cultura japonesa que todo el mundo sabe lo que es pero les cuesta describirlo. Para los japoneses, el wabi-sabi es una forma de belleza y una manera de vivir. Se trata de prestar atención a los detalles, a la naturaleza efímera de las cosas, a las ceremonias y, sobre todo, a vivir de manera sencilla y acorde con la naturaleza.
He sido testigo del fenómeno wabi-sabi en Japón principalmente observando cómo la gente diseña y vive en sus hogares. Los hogares en los que he pasado tiempo eran sencillos, austeros, con diseños basados en la naturaleza y la modernidad, pero también llenos de calidez y carácter. Las posesiones y la decoración eran escasos, pero lo poco que tenían en casa era muy personal, principalmente artesanal, inspirado en la naturaleza, ecléctico y seleccionado con mucho cuidado. Cada plato era único, hecho a mano y pese a que nada iba a juego, el conjunto transmitía una sensación de coherencia.
En el caso de California, la manera de vivir el wabi-sabi es un poco distinta, como os podéis imaginar. Donde los japoneses son precisos y formales (como cuando se inclinan entre sí al encontrarse) los californianos son bastante opuestos. Al menos en la California que yo conozco, el wabi-sabi es más relajado y despreocupado, con restos de arena por la casa y leños de madera colocados formando una escultura. La gente encuentra la belleza en los momentos mundanos y pasajeros de la vida, como los japoneses, pero en su caso puede ser al observar a un surfero coger una ola o con una barbacoa en casa, en lugar de con una ceremonia del té o practicando budismo zen".
¿Cuáles son los mejores consejos para acercar el wabi-sabi a nuestras vidas diarias?
"El wabi-sabi nos invita a vivir el momento presente. Es una manera relajada y sensata de vivir la vida, pero eso no significa que sea despreocupada. Requiere una atención cuidadosa hacia el mundo que nos rodea. Una buena manera de empezar es relajarse y prestar atención a los momentos perfectamente imperfectos llenos de belleza que nos regala el día.
Otro consejo es mezclar belleza y utilidad siempre que podamos. Por ejemplo, busca unas cestas bonitas para guardar cosas, una preciosa jarra de agua para la mesa o incluso una escobilla de baño con un diseño especialmente cuidado. Los detalles son lo que marcan la diferencia en los espacios en los que vivimos.
Por último, hay que conformarse con lo que se tiene. El wabi-sabi busca reconocer la belleza en las cosas humildes e imperfectas, en vez de buscar o desear cosas nuevas continuamente. De este modo, podemos personalizar nuestros hogares con artículos con un valor personal para nosotros, como fotografías familiares, recuerdos de viajes o dibujos de nuestros hijos".