Cuando pensamos en el amor, normalmente pensamos en los finales de cuento de hadas, esos que aprendimos de pequeños viendo las películas de Disney. A menudo vinculamos nuestra felicidad con el amor que recibimos, en el que buscamos ser aceptados, comprendidos y encontrar un lugar en el mundo.
Pero no podemos olvidar la importancia de quererse a uno mismo. Si aprendemos a amarnos y aceptarnos, podremos querer mejor a otros también. Cuando no nos queremos, podemos caer en las emociones negativas, como la envidia y el resentimiento. Esto no quiere decir que si no te quieres, nadie te querrá. A menudo, nuestra pareja, nuestra familia y nuestros amigos ven nuestras cualidades buenas de manera más clara que nosotros, pero las relaciones asentadas sobre el amor por uno mismo serán más fuertes que las que construimos sobre la necesidad de que otros nos quieran.
En el libro de Mo Gawdat, El algoritmo de la felicidad, escribe que “las investigaciones han demostrado que solo el 4 % de las mujeres occidentales creen que son guapas y más del 60 % afirma que necesitan estar más delgadas antes de merecer ser amadas”. Cambiar la manera en que nos vemos a nosotros mismos y aprender a querernos nos llevará a una vida y unas relaciones más felices y positivas.
Una baja autoestima es como conducir por la vida con el freno de mano echado.
Acepta que el amor es algo que fluye
Igual que en algunos momentos los demás nos resultan pesados, a veces hasta tú mismo te puedes resultar pesado o puedes decir o hacer algo y después pensar “Pero cómo se me ocurriría…”. Pero cuando se trata de nosotros mismos, a menudo nos recreamos demasiado en esos momentos y dejamos que el crítico interior tome las riendas. Detente. Aprende. Y sigue adelante. Prueba estos consejos de mindfulness para ayudarte a vivir en el momento presente.
No olvides que dar amor también es importante
Una vez empieces a ser más amable contigo mismo, a amarte, podrás ofrecer un amor genuino a los demás también. Si das, recibirás. El acto de dar amor puede tener muchas formas: amabilidad, empatía y compasión hacia los demás. Cuando empiezas a repartir y multiplicar los actos buenos más allá de tu círculo de familia y amigos, empiezas a disfrutar de un amor verdadero y completo. El amor es el pegamento de todo lo positivo, la esencia de la vida: sin amor, la vida no tiene sentido.
LA TAREA DE HOY PARA SER MÁS FELICES
Amamos a nuestros hijos y a nuestra familia de manera incondicional pero, ¿y a nosotros mismos? Intenta escribir una lista con las cosas que te gustan de ti mismo y las que no, una especie de lista de ventajas e inconvenientes. Ahora piensa en tu persona favorita. Si esa lista de ventajas e inconvenientes se refiriera a esa persona, la seguirías queriendo, ¿verdad? ¿Puedes tachar algunas de las cosas de la lista de inconvenientes porque estás siendo demasiado duro contigo mismo? La autoestima puede potenciarse al cuestionar los pensamientos negativos. Si queremos a nuestra familia y amigos de manera incondicional, ¿por qué no nos amarnos igual a nosotros mismos?
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