Descubre los maravillosos beneficios de desconectar del trabajo y del mundo que te rodea. Te contamos cómo hacerlo.
¿Se puede mantener el equilibrio en el ajetreado mundo actual? Imagina esto: estás recorriendo los pasillos del supermercado en busca de la cena de esta noche, mientras escuchas simultáneamente ese podcast que todos dicen que debes escuchar. Además, de vez en cuando miras el móvil para responder algún correo del trabajo y mentalmente estás pensando qué vas a ponerte mañana. ¿Esto te suena? Como humanos, experimentamos una gran satisfacción al hacer muchas cosas en el menor tiempo posible. Completar la lista de tareas nos ayuda a liberar hormonas de la felicidad. Como ser tan productivo resulta muy satisfactorio, a veces perdemos de vista la importancia de no hacer absolutamente nada de vez en cuando sin sentirnos culpables por ello. Si te parece que suena aburrido o que podría ser una pérdida de tiempo, prepárate para descubrir todas las ventajas que tiene desconectar de verdad y cómo conseguirlo.
Tu propia Hora del Planeta
Cada año, millones de personas en todo el mundo celebran la Hora del Planeta el último domingo de marzo. A las 20:30 en punto, millones de participantes de más de 180 países apagan todas las luces y los aparatos eléctricos innecesarios, dando a la madre tierra un momento de respiro. Estos momentos de calma anuales son un recordatorio de que el planeta no es el único que necesita recargar las pilas, para nosotros también es fundamental. ¿Por qué no creas tu propia Hora del Planeta cada día o cada semana? Un rato en el que apagar todas las distracciones y pensamientos y simplemente dedicarte a recargar el cuerpo y la mente.
OLVÍDATE DE LA CULPABILIDAD
Es importante no confundir un momento mindful con un momento de pereza. Si cuando por fin encuentras un rato para recargar las pilas empiezas a pensar “debería estar aprovechando para hacer ejercicio” o “estoy posponiendo demasiado el momento de fregar”, necesitas cambiar el chip y dejar de sentirte culpable por dar prioridad a tu salud mental. Cuando hablamos de “no hacer nada” no nos referimos a tumbarte en el sofá en pijama y verte una temporada entera de Las chicas Gilmore (aunque es un plan estupendo). Si de verdad estás haciendo nada correctamente (es decir, de manera mindful), enseguida notarás los beneficios. Vamos a ver cómo lograrlo.
CONTROLA TUS PENSAMIENTOS
Durante el día estamos todo el día saltando de una cosa a otra. Respondiendo notificaciones, teniendo conversaciones, completando tareas, luchando con la tecnología… Normal que a veces nos sintamos como un cazo a punto de rebosar. ¿Cuántas veces te centras en una única tarea? Estamos tan curtidos en las multitareas que, de hecho, puede ser difícil hacer solo una cosa. El problema suelen ser las distracciones. Podemos empezar abriendo una pestaña en nuestro cerebro, pero en cuanto llega el siguiente mensaje o salta la siguiente canción, las pestañas se multiplican y es difícil cerrarlas. Al desconectar y, literalmente, apagar todo, podemos eliminar distracciones y tener la oportunidad de controlar nuestros pensamientos.
Prueba la siguiente meditación, preferiblemente por la mañana. Te ayudará a relajar la mente, pondrás en orden tus pensamientos y te dará una sensación de calma.
Paso 1: Siéntate en la cama, con una almohada para apoyar la espalda.
Paso 2: Cierra los ojos.
Paso 3: Imagina un cielo azul y bonito.
Paso 4: Imagina que todos tus pensamientos son nubes. Si surge un pensamiento, deja que pase flotando.
Paso 5: Céntrate en intentar que el cielo esté despejado y en disfrutar de la calma.
Al llenar la mente de paz, podrás distinguir mejor los pensamientos importantes de los que no lo son. Además, serás más productivo en tu día a día.
ABRE LAS PUERTAS A TU IMAGINACIÓN
En épocas de mucho ajetreo puede resultar difícil pensar de manera creativa. Cuando la mente tiene que esforzarse para procesar todos los detalles y la información, pierdes la paz y el espacio necesarios para ser creativo. Al no hacer nada durante un tiempo, abrimos las puertas a nuestras ideas y sueños.
Prueba este ejercicio: mira por la ventana mientras te bebes un café. Dedica tiempo a oler el café, nota la sensación cálida de la taza en las manos y presta atención al sabor. Es un momento perfecto para resetear la mente.
DALE UN RESPIRO AL CUERPO
Ahora que muchos tenemos la opción de trabajar en remoto, pasamos mucho más tiempo en casa. Los límites entre la vida laboral y la personal se difuminan y es más difícil desconectar. Cuando nos pasamos el día de silla en silla dentro de casa, es normal que llegue un punto en el que no encontremos una posición cómoda. Los músculos tensos no solo son dolorosos, también pueden afectar a nuestra concentración. Ayuda al cuerpo a recuperarse tumbándote y pensando en… absolutamente nada. Imagina que el cansancio es como agua que abandona el cuerpo y nota cómo se relajan los músculos rígidos.
Un consejo para lograr una postura relajada: acuéstate boca arriba sobre una superficie blanda (por ejemplo, una manta o un cojín mullido) y coloca la parte inferior de las piernas sobre una silla o sofá en un ángulo de 90 grados. Esta posición inclina automáticamente la pelvis, estira los músculos de la espalda y te permite sumergirte en un maravilloso estado de relajación total. Quédate así durante 10-15 minutos, cierra los ojos y disfruta de un momento de felicidad.
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