Puedes pensar que durante una sesión de yoga llena de poses invertidas te vas a pasar mucho tiempo cabeza abajo. Pero ese tipo de ejercicios solo quieren conseguir que el corazón esté más elevado que la cabeza.
Las posturas del perro hacia abajo, las inclinaciones hacia adelante y la postura de la vela son inversiones que se pueden hacer fácilmente, independientemente de la destreza como yogui. Además de fortalecer los brazos y los músculos abdominales, al ir en contra de la gravedad, aumentan el flujo sanguíneo, mejora la circulación y el drenaje linfático, además de obtener una perspectiva diferente de tus habilidades tanto mentales como físicas.
Prueba las poses invertidas un poco más complejas y descubrirás el arte de la perseverancia y la humildad, cualidades esenciales para reflexionar tanto en yoga como en la vida. ¡Empecemos!