Por qué el yoga es la práctica de bienestar definitiva para cuerpo, mente y alma

El yoga tiene el poder de enriquecer tu vida de muchas maneras. Pero no te dejes llevar por nuestras palabras… deja que nuestra experta Deborah comparta su experiencia personal. No podemos pensar en una mejor manera de celebrar el Día Internacional del Yoga que bajando el ritmo de nuestra vida diaria. Por eso, cuando termines de leer, puedes festejarlo como se merece siguiendo una de nuestras lecciones exclusivas en vídeo.

Practicar yoga no es dejar de ser quienes somos para convertirnos en algo mejor. Es amigarnos con quienes somos.

Pema Chodron



Hace poco leí una publicación en Facebook de una querida amiga, que también es profesora de yoga. Ella contaba que una mañana conducía a toda prisa al hospital convencida de que estaba teniendo un ataque al corazón. Después de estar conectada a monitores cardíacos y someterse a una serie de pruebas, los doctores volvieron y le dieron el diagnóstico en una sola palabra: "ansiedad". Seguido por "deberías probar yoga". Después de confesar que ella misma era profesora de yoga, hubo un momento de risa un tanto incómodo, y ella se fue.

Citando sus propias palabras, ella escribió que ese día salió del hospital "sintiéndose un fraude".

 

No es ningún secreto que vivimos en una cultura que nos impulsa a cambiar: cambiar nuestra dieta, cambiar nuestra silueta, cambiar nuestra ropa, cambiar nuestra mentalidad. Por supuesto, no hay nada de malo en buscar activamente un estilo de vida más saludable, pero es increíble lo rápido que esto puede transformarse en sentimientos de frustración o fatiga cuando estamos constantemente buscando nuestra mejor versión. Pareciera que nunca estamos satisfechos con lo que somos ahora. Conocemos bien esta historia.

 

La mayoría de las personas (hasta un 90%, según algunos estudios) comienzan yoga para ser más flexibles o ponerse en mejor forma física. No faltan estudios de investigaciones que respaldan los beneficios físicos del yoga. Según un resumen de la Facultad de Medicina de la Universidad de Harvard, el yoga ayuda a la pérdida de peso, conduce a un menor índice de masa corporal y mejora la fuerza muscular, la resistencia, la flexibilidad y la aptitud cardiorrespiratoria. También reduce factores de riesgo cardiovasculares, ayuda a disminuir la presión arterial en personas con hipertensión y conduce a una mejor imagen corporal y una alimentación más consciente. Obviamente, estas son todas razones maravillosas para comenzar y seguir una rutina de yoga.

 

Sin embargo, un estudio de un artículo publicado hace unos años en el Journal of Health Psychology mostró que más del 60% de los participantes notaron un cambio en la razón que los motivaba a seguir practicando yoga. Mientras que la mayoría había comenzado buscando mejoras en su físico, fueron otros beneficios los que los motivaron a seguir disfrutando del yoga: menos estrés, el sentido de comunidad y el autodescubrimiento fueron algunas de las más mencionadas. Pero la "espiritualidad" fue la respuesta que más aparecía. Demostraba que lo que había empezado en busca de un objetivo, se había transformado en ritual.

 

No hay una manera simple de resumir cómo el yoga y la espiritualidad se juntan para hacernos más felices a lo largo del tiempo, o cómo el yoga nos lleva a un sentido más profundo de espiritualidad. Es una experiencia única para cada persona que lo practica, y a menudo está íntimamente relacionado con el desarrollo personal y con los obstáculos y las creencias de esa persona. Sin embargo, el dueño de un lugar donde se practica yoga, ayudó a iniciar el estudio mencionado anteriormente diciendo: "Al principio, tú haces yoga. Finalmente, el yoga es el que te hace a ti".

 

Esta es obviamente una afirmación que no podemos analizar muy de cerca, simplemente debe vivirlo cada uno, y la única manera de hacerlo es comenzar un ritual diario o una práctica regular de yoga y ver qué pasa. A menudo les propongo a las personas conectar con ese profundo sentido de curiosidad que todos llevamos dentro, dejar de lado las expectativas y animarse a probar. Por lo general, es una gran manera de comenzar, ideal para dejar que surjan todo tipo de posibilidades.

 

Para mi amiga (la que creía que estaba teniendo un ataque al corazón), el yoga no "curó" su ansiedad. Pero le ayudó a ser más consciente, a estar atenta, a elegir mejor lo que vive. En sus propias palabras, "El yoga no es una panacea ... nos muestra nuestras fortalezas y debilidades. No hace que los sentimientos oscuros desaparezcan, si no que nos da las herramientas para poder gestionarlos y enfrentar mejor los desafíos que se nos presentan".

 

El yoga nos exige, a través de una serie de movimientos, ser conscientes cuando respiramos, relajarnos y amigarnos con nosotros mismos. No mañana, sino ahora. En este momento. Y esto es muy sanador para muchos de nosotros.

 

Luego, antes de pensar dónde vamos a ir después, evaluamos dónde estamos actualmente y qué impulsa nuestra motivación para el cambio. Con una mayor conciencia, amor y atención podemos hacer posibles los cambios que realmente necesitamos. Mi cita favorita del Bhagavad Gita (un texto oriental sagrado) es:

 

Yogastah Kuru Karmani.


Más o menos significa "establécete en el momento presente y toma acción". En otras palabras, antes de actuar externamente en nuestras vidas haciendo cambios en nuestro cuerpo o dieta, trabajo o estilo de vida, primero debemos conectarnos con nuestros valores y con esa sensación interna de claridad.

           

Cuando tomamos decisiones desde ese lugar, nuestras acciones en el mundo se alinean con nuestra salud y felicidad, y principalmente, con la de quienes nos rodean. De hecho, algunos dicen que es ahí donde comienza el verdadero camino del yoga.