Se habla mucho de la longevidad en el mundo del bienestar pero, ¿de verdad es posible engañar al paso del tiempo? Parece que sí.
La longevidad es el término más de moda en el mundo de bienestar. Presente en clínicas, spas, cuidado facial y suplementos, hay un gran interés por descubrir cómo ir un paso por delante del tiempo sin perder salud. Porque la longevidad no habla solo de vivir más tiempo, también de hacerlo con salud, vitalidad y calidad de vida. Nadie quiere llegar a los 100 años (algo que cada vez pasa con más frecuencia) sin la energía necesaria para disfrutarlo.
“La estrategia holística para alcanzar la longevidad se centra en la importancia de mantener un bienestar físico, mental y emocional a medida que envejecemos, para maximizar tanto los años que vivimos como la salud con la que lo hacemos” explica el doctor Mohammed Enayat, médico y fundador de HUM2N, una clínica de longevidad en Londres. “En la longevidad influyen muchos factores distintos, incluida la genética, el estilo de vida (como la dieta, el ejercicio, la gestión del estrés y las relaciones sociales), factores medioambientales, acceso a la sanidad, nivel socioeconómico y prácticas culturales”.
Engañar al paso del tiempo
Solo hay que fijarse en las Zonas azules del mundo, donde comen alimentos frescos cada día, se mueven y hacen ejercicio con frecuencia y se preocupan por interactuar socialmente (en persona y no de manera virtual). Son sociedades que han encontrado la fórmula para vivir bien. Sin embargo, pese a que parece bastante sencillo seguir su ejemplo, en el mundo occidental muchas veces se ignoran esas prácticas, hasta que algo empieza a ir mal. Por eso el doctor Enayat dice que la longevidad es un concepto “provida”. “Es una filosofía maravillosa que te ofrece la oportunidad de controlar el futuro de tu salud”, afirma. Por eso, cuanto antes empecemos a incorporar estos hábitos positivos, mejor. “En mi opinión, la treintena es cuando se produce un cambio y empezamos a degenerarnos biológicamente a un ritmo más rápido del que nos regeneramos. Los 40 son clave y los 50 es cuando a 1 de cada 2 personas se les diagnostica una enfermedad crónica para el resto de sus vidas”.
La idea de que “la edad solo es un número” también entra aquí en juego, como admite Louisa Drake, entrenadora de famosos y fundadora del Louisa Drake Method: “alguien puede tener 30 años de edad cronológica, pero sufrir una edad biológica de una persona de 60 si no tiene un estilo de vida sano”.
Aunque está demostrado que la dieta y el ejercicio son las mejores maneras de vivir mucho tiempo, hay muchas terapias alternativas, tratamientos y dispositivos que se anuncian como los mejores trucos para alcanzar la longevidad. Solo hay que ver a Bryan Johnson, emprendedor y multimillonario del sector tecnológico que intenta engañar al envejecimiento de maneras muy poco convencionales. Se dice que come su última comida a las 11 de la mañana, se toma unos 100 suplementos al día y se hace transfusiones de plasma con frecuencia, en una rutina que según él reducirá su edad biológica hasta los 18 años.
Desde cámaras de oxígeno hiperbáricas hasta el ayuno intermitente, la crioterapia y las botas de compresión, estas son algunas de las tendencias para alargar la vida que más están dando que hablar y a las que merece la pena prestar atención.
Oxigenoterapia hiperbárica
La terapia de longevidad favorita del doctor Enayat es también su secreto para lograr tener una edad biológica 16 años menor que la cronológica. Consiste en sentarse en una cámara donde se aumenta la presión del aire hasta ser el doble o el triple de lo normal y que te permite respirar oxígeno puro. Ayuda a luchar contra las bacterias, mejora la circulación sanguínea y estimula la liberación de células madre de la médula espinal, para mejorar el crecimiento.
Ayuno intermitente
Empleado en muchas culturas antiguas, se ha demostrado que pasarse unas 14 horas sin comer regula el proceso celular antienvejecimiento y ayuda a eliminar las células que fomentan la inflamación. Básicamente, permite a tu cuerpo hacer lo que tiene que hacer sin verse interrumpido por la digestión. Dicho esto, solo deberían realizarlo los adultos sanos ya que no está pensado para las personas estresadas, cansadas, embarazadas o con problemas de salud.
Máscaras de luz roja y saunas de infrarrojos
Cada vez son más los estudios que confirman los beneficios de la terapia con luz roja, que se relaciona con una mejor salud del sistema circulatorio y con la recuperación muscular. Además del cuerpo, mejora la firmeza de la piel del rostro y reduce las líneas de expresión. Sin embargo, los expertos avisan de que requiere un uso continuado, por lo que no se trata de una cura milagrosa.
En nuestro Mind Oasis, la terapia con luz roja forma parte de nuestro tratamiento de hidromasaje. Reserva aquí tu sesión.
Crioterapia
“Las terapias de hormesis, como la crioterapia, pueden estimular los mecanismos de sanación y reparación del cuerpo”, afirma Kim Pearson, nutricionista que también forma parte del consejo asesor de la RoseBar Longevity Clinic. Se trata de una terapia de choque con frío, donde se estimulan las hormonas de crecimiento que van decayendo con la edad y se liberan proteínas con propiedades antiiflamantorias y antienvejecimiento.
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Terapia con ozono
Pese a la necesidad de leer la letra pequeña, la terapia de ozono es una de las que el doctor Enayat considera más positivas, pero nos recuerda también que este tipo de tratamiento siempre tiene que estar supervisado por un médico. Tampoco hay ningún estudio científico que lo avale de momento. Con un gas ozono de tipo sanitario que se suministra mediante una vía, por agua o “soplado” sobre la piel, se dice que activa el sistema inmune y te permite luchar contra las enfermedades que aceleran el envejecimiento.
Suplementos de NMN
Diseñados para aumentar los niveles de NAD+ presentes de manera natural en el cuerpo, pero que declinan con la edad, se ha demostrado que los suplementos de NMN fomentan la secreción de insulina, limitan la inflamación corporal relacionada con la edad, mejoran el funcionamiento celular y potencian la actividad neuronal del cerebro. Un método sencillo para intervenir en el proceso de envejecimiento.
Inyecciones intravenosas
Se pueden administrar mezclas aprobadas de micronutrientes y vitaminas que, por vía intravenosa, ayudan a mejorar los niveles de energía y reducen el daño celular. Pero es importante investigar un poco antes, porque su popularidad también ha dado lugar a soluciones diluidas, falsas y muy caras. Elige una clínica que te garantice siempre ingredientes de calidad.
Vitamina D
Se pueden administrar mezclas aprobadas de micronutrientes y vitaminas que, por vía intravenosa, ayudan a mejorar los niveles de energía y reducen el daño celular. Pero es importante investigar un poco antes, porque su popularidad también ha dado lugar a soluciones diluidas, falsas y muy caras. Elige una clínica que te garantice siempre ingredientes de calidad.
Entrenamientos suaves
Con un bajo impacto en las articulaciones y aptos para el nivel físico de cada persona, los “entrenamientos suaves” ayudan a fortalecer el cuerpo sin someterle a demasiada presión. “No hay nada de malo en sudar un poco, pero demasiadas sesiones de HIIT o cardio pueden estresar innecesariamente al cuerpo y afectar a los niveles de energía, la fortaleza física, el estado de ánimo y el sueño. Los entrenamientos suaves, como pilates, yoga, caminar y el popular pickleball pueden ayudarte a subir las pulsaciones y aportarte otras ventajas más allá del ejercicio cardiovascular, como conectar el cuerpo y la mente para estar sanos también a largo plazo”, explica Louisa.
¿Cómo saber si funcionan?
Para la mayoría de nosotros, notar cómo nos sentimos, los niveles de energía, el estado de la piel y el tono muscular serán buenos indicativos del progreso que estamos realizando. Hay estudios que demuestran que, si te comprometes a fondo, es posible retrasar la edad biológica tres años en solo ocho semanas. Una auténtica proeza. Pero también debemos tener en cuenta que cada uno de nosotros somos distintos.
Hay otras maneras más analíticas de ver cómo progresamos, como pruebas de sangre y orina y dispositivos “wearable”. Por su parte Kim prefiere los tests de metilación del ADN: “Yo uso el OMIC Age de TruDiagnostic, que te permite comparar la edad biológica y real (cronológica) de tu cuerpo y te indica los factores que están acelerando el ritmo de envejecimiento, para que puedas adaptar correctamente tu estilo de vida”.
Así, puedes comprender de manera específica cómo funciona tu cuerpo. Y posiblemente esto sea solo el principio. A medida que más gente se vaya interesando por controlar la longevidad, Kim predice la llegada de “dispositivos implantables”. “Hacer un seguimiento continuo de los biomarcadores permite recoger datos que, tras ser interpretados por la IA, nos ayudan a identificar cambios en el cuerpo que se manifiestan mucho antes de que se puedan diagnosticar las enfermedades. Así, podremos poner los medios de prevención con más antelación”, afirma.
Una cosa es segura: ya no envejeceremos como antes.
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