Nos sumergimos en el lado místico del agua para lograr una vida con mejor sabor

Vemos normal hablar con nuestras plantas para que crezcan más, pero ¿qué nos parece hablar con el vaso de agua? ¿Y si te dijéramos que hacerlo podría lograr que tenga mejor sabor? ¿Cómo? Existe la teoría de que al exponer el agua a tus emociones puedes cambiar su estructura molecular y su sabor.

 

Antes de mostrar tu escepticismo, presta atención a lo que dice Sadhguru, yogui, gurú y escritor: "Si viene de Oriente, es superstición; si viene de Occidente, se convierte en ciencia". Invitado a hablar en algunas de las universidades más prestigiosas del mundo, como Oxford, Stanford, Harvard y Yale, incluso los mejores científicos del mundo de la ciencia se han parado a escuchar sus hipótesis.

 

Sadhguru sugiere que, sin cambiar la composición química del agua, podemos reorganizar sus moléculas de tal manera que se comporte de manera completamente diferente. Por eso debemos demostrarle amor, respeto y gratitud para conseguir un sabor más agradable. Es un concepto presente en la India desde hace muchas generaciones, donde los mayores enseñan a los niños a no beber agua de cualquier persona: debe venir de aquellos que los aman y los cuidan. También es la razón por la que muchos hogares tradicionales en la India tienen un recipiente de latón para lavar, realizar un “puja” (adoración) y luego llenarlo con agua fresca.

 

NO ES EL ÚNICO

Sadhguru no es el único teórico convencido del poder que tenemos sobre el agua. Masaru Emoto, escritor japonés y doctor en ciencias alternativas, ha escrito el libro The Hidden Messages in Water (Los mensajes ocultos en el agua), que documenta cómo ciertas energías emocionales podrían causar cambios en el agua, tanto en forma líquida como congelada. Llegó a esta conclusión después de exponer a algunos cristales de hielo a palabras de gratitud, amor y aprecio y otros a un lenguaje negativo. En otra ocasión tocó música clásica con un juego de cristales de hielo y heavy metal con otro. El resultado para ambas pruebas fue el mismo: los cristales crearon hermosas formas y patrones después de recibir una serenata con melodías clásicas y palabras amorosas, mientras que aquellos expuestos al heavy metal y las malas vibraciones formaron formas caóticas y “feas”.

 

Curiosamente, en 2016 el Instituto de ciencias noéticas llevó a cabo en California un ensayo doble ciego en el que 2000 personas de Tokio centraron emociones positivas en muestras de agua en una habitación protegida electromagnéticamente. Sin darse cuenta de las muestras de agua similares estudiadas en otros lugares, los resultados fueron evaluados a ciegas por su atractivo estético por 100 jueces independientes y se determinó que las que habían sido controladas desde lejos eran más estéticamente agradables.

 

 

LA PRUEBA DEL GUSTO

Otra de las pruebas de Emoto fue el experimento del "arroz". Colocó porciones de arroz cocido en dos recipientes y en uno escribió “gracias” y en el otro escribió “eres idiota”. Luego pidió a niños que leyeran las etiquetas en voz alta cada vez que pasaran a su lado. 30 días después, el arroz en el recipiente con el pensamiento positivo apenas había cambiado, mientras que el otro estaba podrido y cubierto de moho.

 

Es algo que el chef británico Heston Blumenthal, famoso por sus experimentos culinarios científicos y sus experiencias multisensoriales, está investigando actualmente después de asistir al Congreso Mundial del Agua donde presentó sus ideas el asistente de Emoto. Trata de demostrar que, si nuestras emociones pueden cambiar físicamente la consistencia del agua, podrían también cambiar el sabor de su comida. Hasta ahora, ha estado haciendo experimentos de gratitud con tres tarros de arroz, llenos del mismo arroz y la misma agua. Todas las mañanas, él o su equipo cubren de energía positiva y amor uno de los frascos, al otro frasco le dicen que lo odian y al tercero lo ignoran. Después de hacer el experimento cinco veces, informa de que los resultados son siempre los mismos: el arroz al que se le ha mostrado gratitud está ligeramente dorado y más dulce, el arroz maltratado huele a queso caducado y el arroz ignorado es el peor de todos. Admite que es un tema controvertido, pero que está dispuesto a seguir estudiándolo.

 

¿ES LO MISMO QUE LA MEMORIA DEL AGUA?

En esencia, sí, ya que se centra en la idea de que las moléculas de agua son "activas", por lo que pueden retener un "recuerdo" de ciertas cosas a las que están expuestas. Por ejemplo, Emoto llenó placas de Petri con agua y las colocó sobre diferentes fotos durante 24 horas antes de congelarlas. Dentro de los cristales de hielo aparecieron los contornos de las fotos. El profesor Bernd Kröplin también investigó el potencial de la memoria del agua y descubrió que la imagen de una flor y la imagen de una ensalada permanecían en el agua después de que esos objetos se hubieran sumergido en ella.

 

La experiencia y el entorno al que ha estado expuesta el agua también podrían influir, según Emoto. Al moverse continuamente a través del ciclo de evaporación, condensación, precipitación y desembocadura en el mar y los ríos, cree que el agua dulce de un lago o río de montaña produce cristales de hielo más hermosos que los producidos por el agua de una piscina contaminada o agua expuesta a productos químicos, tuberías de metal y plástico.

 

¿HAY PRUEBAS CIENTÍFICAS?

Se ha dicho que Emoto y Kröplin son pseudocientíficos que solo buscan notoriedad, en lugar de intentar probar que sus afirmaciones son falsas. El propio Emoto reconoció que no era científico y que las fotos de su exposición fueron elegidas por ser las más agradables estéticamente. Algunos también dicen que una parte del agua de sus experimentos se había combinado con otras sustancias, naturales o químicas, que podrían haber causado patrones de congelación tan irregulares.

 

Sin embargo, sigue habiendo más experimentos relacionados con el agua. El hecho de que la Tierra sea agua en un 70 %, y nosotros también, ha cautivado a los científicos. Hallazgos más recientes de la Universidad de Nueva York en 2018 descubrieron que, al enfriarse el agua, los átomos de hidrógeno pueden moverse y saltar de una molécula a otra , algo que se había descartado antes. Lo que nos devuelve a la idea de Sadhguru de cómo puede cambiar la estructura molecular del agua. Pero, lo que tiene el poder de hacerlo ¿es solo la temperatura o también lo que le decimos?

Becci Vallis

Becci Vallis

Becci Vallis es periodista de salud y belleza desde hace 17 años y ha escrito para publicaciones como Grazia, Stylist, Cosmopolitan y Red. Apasionada de la sostenibilidad y de cómo la industria puede poner freno a la contaminación, cuando no está paseando a su perro o escribiendo artículos, puedes encontrarla boxeando, haciendo yoga o cocinando un festín vegetariano. El postre es una rutina diaria que nunca piensa abandonar.