Observar las estrellas nos recuerda que incluso en momentos de oscuridad, la luz sigue ahí. Te damos un montón de razones para levantar la mirada
Observar las estrellas es una forma de meditación consciente cada vez más extendida, que ayuda a las personas a aliviar el estrés y lograr un poco de tranquilidad mental. Los estudios afirman que darse ‘un baño de estrellas’ tiene un montón de beneficios probados. Desde simplemente dar un descanso a nuestras ajetreadas agendas y encontrar un momento de calma, hasta lograr una perspectiva diferente de nuestras vidas. Todos conocemos los beneficios de estar en contacto con la naturaleza y darse un descanso de vez en cuando: observar las estrellas es una manera maravillosa de hacerlo. Profundicemos en los múltiples beneficios que observar las estrellas ofrece a nuestra salud y bienestar. ¡Houston, hemos despegado!
Debido a la velocidad finita de la luz, cuando miras hacia el cielo nocturno, estás viendo el pasado.
1. Mirar las estrellas nos hace más amables
Mirar las estrellas podría convertirnos en personas más agradables, según un estudio. Se debe a que nos ayuda a sentirnos "pequeños en presencia de algo más grande que nosotros mismos". Cuando miramos hacia el cielo nocturno, nos damos cuenta de lo insignificantes que somos nosotros y nuestros problemas. Conectar con el poder del infinito cielo nocturno nos da energía y nos ayuda a recordar que existe algo mucho más grande más allá de nuestras ajetreadas vidas. Cuando miramos las estrellas nos sentimos pequeños y experimentamos una sensación de asombro, lo que promueve un comportamiento social más altruista, útil y positivo. "Al disminuir el énfasis en el yo individual, el asombro puede animar a las personas a renunciar al interés propio en pos del bienestar de los demás", afirma el doctor Paul Piff, líder de la investigación.
2. Observar las estrellas nos hace reducir el ritmo
Cuando miras a las estrellas, vives completamente el momento presente y te adentras lentamente en un estado meditativo donde las cosas a tu alrededor comienzan a desvanecerse, y te envuelve el conocimiento, la paz y una sensación de asombro. Es como si te liberaras de todos los pensamientos, obligaciones y expectativas que te distraen. Solo puedes detenerte, observar y reflexionar, lo que tiene muchos beneficios para nuestro bienestar mental, físico y espiritual.
3. Observar las estrellas reduce el estrés
«El cielo nocturno es una terapia», afirma Gary Boyle, educador en astronomía de Ottawa. Otro estudio de 2014 sugiere que quienes miran las estrellas se sienten más conectados con la naturaleza. Aporta una sensación de calma inexplicable a la mente y el cuerpo. No importa con qué estés luchando, en cuanto empieces a mirar las estrellas, gran parte de ese peso desaparecerá y la tensión en la mente y el cuerpo comenzará a disminuir.
4. Observar las estrellas fomenta la creatividad
A todos se nos han ocurrido algunas de nuestras mejores ideas en la ducha, justo antes de quedarnos dormidos por la noche, o incluso al volante, atrapados en un atasco. El motivo es que la mente consciente se aquieta y deja espacio para que el subconsciente tome el mando. Es una especie de fábrica de ideas creativas, donde reside tu espíritu innovador y divertido. Mirar hacia el cielo y vivir totalmente el momento presente te aporta un sensación de conocimiento, paz y asombro. Con un estado casi meditativo, nuestra imaginación puede vagar libremente e ir más allá de las limitaciones que el cerebro suele imponer a nuestros pensamientos.
5. Observar las estrellas puede ser una actividad social
Si quieres conocer gente, ¿por qué no te apuntas a una clase para mirar las estrellas o participas en un evento cercano relacionado con la astronomía? En Google encontrarás datos sobre las actividades que te quedan cerca y puede ser una manera divertida de conocer gente nueva y compartir la experiencia de observar el cielo nocturno.
LEVANTA LA MIRADA
¿Quieres probarlo? Todo lo que necesitas es un cielo nocturno despejado. El mejor momento para observar las estrellas es cuando no hay luna en el cielo. Esta fase se llama luna nueva. La luna refleja tanta luz que dificulta ver correctamente las estrellas. Abrígate, siéntate o recuéstate cómodamente y deja que los ojos se adapten al entorno. Cuanto más lejos estés de la ciudad, más estrellas verás, obviamente, pero también desde los patios y balcones de la ciudad se pueden ver muchas cosas. Espera al menos 30 minutos, el tiempo que tarda la composición química de los ojos en adaptarse a la baja luz y ni se te ocurra mirar teléfono, porque si no tendrás que volver a empezar el proceso de cero. Aprovecha el tiempo para relajarte. Merece la pena.